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Y recordar esas cosas que en su momento nos hicieron felices. Recordar las historietas que nos inventábamos cuando jugábamos a las muñecas. Escuchar esas canciones que nos hacían bailar como locos y gritar hasta quedarnos afónicos. Ver esa serie que te marcó, sin la que quizá hoy no serías lo que eres.

Volver a todas esas cosas para superar los agobios, los problemas. Párate a pensar en esas pequeñas cosas que hace unos años te hacían feliz.
Seguramente no resolverás así tus problemas. Pero puede que los evites durante un tiempo mientras tus recuerdos te sacan una pequeña sonrisa de la cara acompañada por ese cosquilleo inevitable en el estómago y esas punzadas en el pecho que solo se sienten cuando te pasa algo importante.

Y los buenos momentos vividos son importantes... pero imagínate los que aún están por llegar.